¿Es lícito celebrar la Navidad?

Pesebre

¿Es lícito celebrar la Navidad...?

Para muchos cristianos, esta pregunta ni siquiera tiene sentido. La Navidad se celebra sin cuestionamiento, con todo su legado de tradiciones que hacen a la fecha.

Pero no todos piensan así. En algunos círculos eclesiásticos hay cierta controversia sobre observar la Navidad. Algunos afirman que no es lícito observarla puesto que no existe un mandamiento específico que nos indique hacerlo; y al no estar explícitamente establecido, está prohibido.

¿Será cierto...? ¿Está prohibido?

Es una cuestión que puede parecer sin importancia, pero no es así. Detrás del planteo inocente de la cuestión disputada, están sus supuestos. Está Dios, Soberano del Universo, Señor de la Iglesia, quien es Dios Todopoderoso; y al relacionarse con su pueblo, la Iglesia, nación consagrada, real sacerdocio y pueblo destinado por Él para proclamar su luz (1 Pedro 2:9) nos exige santidad y reverencia en el culto. Este Dios es celoso y vengador (Nahúm 1:2). Rendir culto a este Dios es algo muy serio y evidentemente debemos evitar todo aquello que ofenda a su majestad; aun cuando tenemos la certeza, por medio de Jesucristo, de poder acercarnos llenos de confianza al trono de la gracia (Hebreos 4:16).

Celebrar o no celebrar la Navidad: esa es la cuestión, y una muy seria.

En nuestra calidad de cristianos, para articular nuestra respuesta debemos ir a la regla de fe y práctica: La Biblia, la Palabra de Dios. 

Ahora bien, un examen de la Biblia nos muestra que en ninguna parte hay un mandato explícito de celebrar la Navidad; nada parecido a la institución del Sacramento de la Cena del Señor, «hagan esto en memoria de mí» (1 Corintios 11:24). 

Sin embargo, una inducción de la Sagrada Escritura arroja datos sumamente esclarecedores. Veamos:

  • En Lucas 2, los pastores presencian una aparición de ángeles que les dan «buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo» (2:10). Y después las mismas huestes angélicales dicen: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad». (2:14). Finalmente los pastores «regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído».

    Entonces surge la pregunta: Los pastores regresaron alabando a Dios. Los ángeles no solo alabaron a Dios sino que se dejaron ver por todos los presentes en esa tarea. ¿No es eso una celebración? ¿Qué es eso, si no es celebrar el nacimiento de Jesús? Si no se debe celebrar el nacimiento de Jesús, ¿por qué los ángeles dijeron a los pastores que vayan y adoren al Niño? Y aun más: si los mismos pastores y ángeles celebraron el nacimiento de Cristo, ¿por qué no podemos celebrarlo nosotros?

  • En Mateo 2,  los sabios de Oriente (o, en el folklore popular, los «Reyes Magos») viajaron una enorme distancia al solo efecto de encontrar al niño Jesús y rendirle culto. Como dice Mateo 2:11, al ver a Jesús con su madre María, «cayendo de rodillas, lo adoraron. Sacaron luego los tesoros que llevaban consigo y le ofrecieron oro, incienso y mirra».

    Si no debemos celebrar la Navidad; si no debemos marcar esta ocasión con un culto, ¿por qué entonces estos sabios de Oriente rindieron culto al Niño Dios? Si no es lícito ofrecer este culto a Dios, ¿por qué estos sabios ofrecieron presentes que ellos seleccionaron; y que no estaban precisamente establecidos por el «principio regulador» de entonces, la ley ceremonial mosaica? 

  • Isaías 9:6, una de las profecías que directamente se aplican a la Navidad, dice:

    Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado,
    y la soberanía reposará sobre sus hombros;
    y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso,
    Padre Eterno, Príncipe de Paz.

    Ahora bien, poco antes, y en directa referencia a esta profecía, Isaías dice:

    El pueblo que andaba en tinieblas
    ha visto gran luz;
    a los que habitaban en tierra de sombra de muerte,
    la luz ha resplandecido sobre ellos.
    Multiplicaste la nación,
    aumentaste su alegría;
    se alegran en tu presencia
    como con la alegría de la cosecha,
    como se regocijan los hombres cuando se reparten el botín.
    (Isaías 9:2-3)

    Notemos aquí las expresiones: «aumentaste su alegría; se alegran en tu presencia como con la alegría de la cosecha, como se regocijan los hombres cuando se reparten el botín». ¿Cómo uno se alegra por una cosecha, sin celebrarlo? ¿Alguien conoce un reparto de botín de guerra que no sea una ocasión festiva (para el vencedor, claro)...? Alegrarse como cuando se recoge la cosecha o se reparte el botín... es para mí una referencia explícita a una celebración. En otras palabras, Isaías directamente dice al pueblo de Dios que se alegre y celebre; que haga una gran fiesta, «porque un niño nos ha nacido... [el] Príncipe de Paz».

    Entonces: si no es lícito celebrar el nacimiento del Príncipe de Paz, ¿por qué entonces Isaías nos dice que su nacimiento se celebra como quien celebra la cosecha, o como quien se reparte un jugoso botín...?

Un somero examen de estas referencias bíblicas nos indican un desenlace inevitable: Celebrar la natividad del Señor Jesucristo es algo perfectamente permisible según lo establece la Palabra de Dios. Del mismo modo, los argumentos que sostienen que está prohibido celebrar la Navidad me parecen bíblicamente insostenibles.

En conclusión: no creo que sea obligatorio celebrar la natividad del Señor Jesucristo; pero de ahí a decir que está prohibido hacerlo y que sería pecado celebrarla, no solamente es falso, sino antibíblico, en razón de los textos que acabo de exponer.

El pastor Rogelio Castiglioni, siempre oportuno, me recordó unas palabras del Dr. R.C. Sproul -un reformado de alma y de pura cepa- con las que quiero concluir este escrito. Me suscribo íntegramente a lo dicho por este distinguido pastor y teólogo. Son palabras sabias; y todo cristiano, y especialmente aquellos que nos identificamos como reformados y de sana doctrina, haríamos bien en tener en cuenta.

¿Es la Navidad, una fiesta pagana?

Esta pregunta surge cada año en Navidad. En primer lugar, no hay mandamiento bíblico directo para celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, no hay nada en la Biblia que indique que Jesús nació el 25 de diciembre, de hecho, hay mucho en los relatos del Nuevo Testamento que indicarían que no se produjo durante esa época del año. Lo que pasa es que en el 25 de diciembre en el Imperio Romano había una fiesta pagana que se vinculó a las religiones de misterio, los paganos celebraban su fiesta el 25 de diciembre, los cristianos no querían participar en eso, por lo tanto se dijo: "Si bien todo el mundo está celebrando esta cosa pagana, vamos a tener nuestra propia celebración, vamos a celebrar lo más importante en nuestras vidas, la encarnación de Dios, el nacimiento de Jesucristo. Así que esto va a ser un tiempo de fiestas alegres, de celebración y adoración a nuestro Dios y Rey”.

No puedo pensar en nada más agradable referente a Cristo, que la Iglesia celebre su cumpleaños cada año. Tenga en cuenta que todo el principio del festival anual y la celebración está profundamente arraigada en la antigua tradición judía. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, hubo momentos en que Dios ordenó enfáticamente a la gente a recordar ciertos eventos con celebraciones anuales. Aunque el Nuevo Testamento no requiere que celebramos la Navidad todos los años, yo ciertamente no veo nada de malo en que la iglesia celebre la alegría de la Encarnación de Jesús. Originalmente, se tenía la intención de honrar, no a Mitra o cualquiera de los otros cultos paganos, sino el nacimiento de nuestro Rey. [1]

SOLI DEO GLORIA

[1] FuenteIs Christmas a Pagan Holiday? (inglés). (desconozco el traductor al español; cuando lo averigüe actualizaré la información).

Todas las citas bíblicas excepto las de Isaías son de la versión La Palabra (Hispanoamérica). Las citas de Isaías son de la Biblia de las Américas.

Fecha: 15 de diciembre de 2016