Pensamientos breves sobre Halloween
No celebro Halloween. Me desagrada profundamente dicha celebración. Aun más: considero dicha celebración como más nociva que beneficiosa.
Soy cristiano; pero mi rechazo a Halloween no es por ser una festividad supuestamente satánica, o pagana, etc. Nada de eso me importa o me preocupa; mi fe cristiana me dice que Jesucristo es Rey y no hay fuerza que se le pueda oponer, así que esa razón está descartada.
Tampoco digo que no festejo Halloween porque prefiero festejar el Día de la Reforma (que se celebra el mismo día). Ciertamente festejo y celebro el Día de la Reforma, pero mi rechazo a Halloween surge de una razón diferente. Mi problema con Halloween es que es una celebración y exaltación de lo feo, lo muerto, y lo terrorífico. Esta clase de celebración es justamente la que no necesitamos. En nuestro país vivimos horrores y situaciones de terror, que claman al cielo, los 365 días del año. Nos vemos obligados a convivir con tanta fealdad de alma, con tantas situaciones en donde se exalta la muerte, que celebrar estas cosas no me causa gracia.
No necesitamos mostrar lo horrible, lo feo, lo terrorífico. Necesitamos mostrar, en cambio, lo bueno, lo bello y lo sublime (sin ser, por supuesto, elitistas o discriminadores en el sentido de belleza fashion).
Echando una mirada a la historia del arte, y considerando sobre todo la producción artística del Renacimiento y el Barroco, uno se sorprende de la abismal diferencia entre lo que representaban las obras de arte, por un lado, y la durísima realidad que todos, ricos y pobres, debían vivir. Es que la contemplación de lo bello, lo bueno y sublime nos muestra que podemos y debemos apuntar a algo mejor; y lejos de ser un anestésico escapista a nuestra lacerante realidad, nos anima a no conformarnos y luchar en pos de la concreción del ideal que un arte bello (en el sentido clásico de la palabra) nos presenta.
La parte buena de todo esto es que, aun cuando nuestra realidad es tan lacerante y dolorosa, hay mucha belleza entre nosotros, inspirando a creadores, y esperando ser descubierta y celebrada. Finalmente, dejo esta cita de la Sagrada Escritura, que Osvaldo Simari --digno pastor lleno de honra ante los ojos de Dios-- no se cansa de citar. Es un buen texto programático para empezar una reflexión estética: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad». (San Pablo, Epístola a los Filipenses, 4:8). Que Dios nos bendiga.
Este escrito fue publicado por primera vez en octubre de 2013 en Facebook.